Sir Laurence de Arabia ha llegado a casa. No estaba prevista su llegada y menos en solitario. Se le esperaba con su madre y sus hermanos en unos días, pero esta tarde ha decidido salir de su cuna-alcantarilla y darse una vueltecita pequeña, en el momento en que yo compraba tabaco en el bar de enfrente.
Y aquí está. Qué primavera...
Y aquí está. Qué primavera...
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